Casa Museo Cervantes (Alcalá de Henares, Madrid) Miguel de Cervantes Saavedra Alcalá de Henares (Madrid), 1547-1616 Inmortal novelista español y uno de los mayores valores de la literatura universal |
Política
La España que vio nacer al Quijote fue la de Felipe III (1578-1621), un país que comenzaba a ver cómo se ponía el sol en el horizonte del Imperio, mientras padecía las consecuencias de una dramática crisis económica. Pese a la política pacifista de Felipe III, no fue posible evitar una quiebra parcial.
Se considera que, en general, fue un reinado frágil y una época de cambios.
Miguel de Cervantes es un caso paradigmático de la transición del Renacimiento al Barroco. Su obra "El Ingenioso Hidalgo don Qvixote de la Mancha" (1605) cita las novelas de caballería; pero su magistral Sancho tiene mucho de los pícaros que iluminaron la segunda mitad del s.XVI y principios del s. XVII, como "El Buscón" (1603) de Quevedo.
Entre los grandes nombres de las artes y las letras españolas de esta época se encuentran:
Luis de Góngora (1561-1627), de cuya obra poética destaca
"Soledades".
Francisco de Quevedo (1580-1645), cuyos textos satíricos y su temperamento polémico le llevaron numerosas veces a la cárcel.
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (1599-1660), quien entre sus geniales obras pintó "Las Meninas" (1656), que por la armonía de los colores, el uso de la luz y el dominio de la técnica es un hito en la historia de la pintura.
A comienzos del s. XVII, las universidades, sobre todo la de Salamanca y la de Alcalá de Henares (Madrid) eran los principales centros de cultura.
Tanto los reyes como algunos aristócratas dispusieron de espléndidas bibliotecas y había gran afición por el teatro.
En esa época, se calcula que sólo alrededor de un 20% de la población española estaba alfabetizada, por tanto el teatro que se representaba en corralas, especie de patios, hacía posible que los que no sabían leer pudiesen acceder a algún tipo de entretenimiento cultural.
Primera edición del Quijote (1605) 1547: Miguel de Cervantes nace el 29.09 en Alcalá de Henares (Madrid) 1598/1602: la peste causa alrededor de 500.000 muertes en España 1605: publicación del Quijote, 1ª parte 1606: regreso de la corte a Madrid, que estuvo en Valladolid entre 1601 y 1606 1609: expulsión de los moriscos 1610: proceso inquisitorial contra las brujas de Zugarramurdi (Navarra) 1615: publicación del Quijote, 2ª parte 1616: Miguel de Cervantes Saavedra fallece el 23 de abril en Madrid |
Sociedad
Según los historiadores, en los primeros decenios del s. XVII existían en España más de 600.000 esclavos de raza negra que se empleaban en la agricultura o en el servicio doméstico.
Los pobres se concebían como una auténtica amenaza.
La conciencia social, por otra parte, era prácticamente inexistente.
La Inquisición controlaba implacablemente cualquier desvío herético.
Para escapar de las garras del Santo Oficio de la Inquisición, era absolutamente necesario tener bien probada la "pureza de sangre", es decir la carencia de lazos de sangre con moriscos o hebreos.
A mediados del s. XVII, ya eran numerosas las organizaciones destinadas a la enseñanza de oficios, la atención sanitaria a los enfermos, la educación y el cuidado de los niños e incluso la reinserción de prostitutas, acciones con las que se pretendía remediar la dura experiencia de las clases menos favorecidas de la sociedad.
Literatura
Miguel de Cervantes es el autor más universal de la literatura española.
Poeta, dramaturgo, novelista y soldado, su fama se ha ido acrecentando a lo largo del tiempo hasta alcanzar límites que en su época hubieran sido inimaginables.
El Quijote posee un esquema argumental muy simple:
el relato del estado de locura al que llega un hidalgo manchego a consecuencia de su afición desmedida a la lectura de libros de caballerías, y las peripecias y aventuras por las que atraviesa hasta volver a su sano juicio, aunque ya en vísperas de su muerte.
Gustave Doré (1832-1883) Don Quijote enloquece leyendo libros de caballerías: "...llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros..." |
La novela se articula en tres salidas.
Primera parte de la obra:
1ª salida: don Quijote está aún sólo y apenas dialoga; desfigura ya la realidad y desdobla su personalidad.
2ª salida: el caballero don Quijote va acompañado siempre de su fiel escudero Sancho Panza, y ello posibilita la continua presencia de diálogo, hecho que viene a ahondar más en la compleja personalidad del hidalgo, al mismo tiempo que la palabras y la actitud del escudero devolverán su auténtica dimensión a la realidad continuamente desfigurada por el caballero.
Segunda parte de la obra:
3ª salida: es la más problemática.
Don Quijote ya no desfigura la realidad, sino que la ve tal cual es; pero es una realidad desfigurada por quienes le rodean: por el propio Sancho con la invención de Dulcinea; o por los Duques, con la corte y el escenario auténticamente caballeresco que le ofrecen a don Quijote, y que llegará a seducir también a Sancho, cada vez más quijotizado.
Viktor Malinovskky,"Don Quixote und Sancho Pansa" |
El Quijote tiene un propósito declarado bastante obvio: la sátira de los libros de caballerías, que tanto éxito venían teniendo desde los finales de la Edad Media.
Desde el comienzo, Cervantes envuelve toda la historia en una absoluta imprecisión, tanto en lo que se refiere al lugar y al tiempo en que sucede el relato como en relación al nombre del propio protagonista, al que va llamando sucesivamente Quijano, Quijada, Quesada, Quejana...
Cuando escribe Cervantes, lo más destacable de sus obras es la continua oposición entre fantasía y realidad.
En la percepción aristotélica de la época, la novela se definía dentro del género épico, y se concebía como regida por la ley de imitación de lo real, aunque también podía dar cabida a lo fantástico, siempre que el resultado fuera verosímil.
En los libros de caballerías el relato se fundamentaba en cambio en la recreación de lo fantástico e inverosímil.
La gran aportación de Cervantes consistirá precisamente en romper esa oposición y lograr dar plena autonomía al mundo novelesco. En él, lo fantástico y lo real serán ya categorías que no dependen de la pura realidad objetiva, sino de la coherencia que en sí crea la nueva "realidad" novelesca.
La dicotomía que ahora establece Cervantes no es ya la de ficción y realidad, sino la de vida y literatura.
En esta nueva oposición, sucederá que la realidad objetiva será una continua transgresión del deber ser ideal.
En este sentido, llegará a resultar mucho más irreal, más falsa que la propia "irrealidad" literaria, la cual podrá ser precisamente la que transmita una imagen más fiel de aquel deber ser ideal.
De ese modo, un estado de locura como el de la figura del hidalgo Alonso Quijano del Quijote podrá estar mucho más cerca de aquel deber ser, de aquella verdad ideal, que la mera realidad objetiva.
El Romanticismo alemán trató de descifrar el significado verdadero de la obra.
Friedrich Schelling (1775-1854), uno de los máximos exponentes del idealismo y de la tendencia romántica alemana, estableció los términos de la más influyente interpretación moderna de la obra, basada en la confrontación entre idealismo y realismo, por la que don Quijote quedaba convertido en luchador trágico contra la realidad grosera y hostil, en defensa de un ideal que sabía inalcanzable.
Por muy paradójico que parezca, se podría tener la impresión de que Cervantes fuera trazando a propósito y de manera continuada un escenario de absoluta confusión:
unas veces la locura parece cordura, y lo que se representa como lo que debe ser, es decir, como la verdad ideal, parece más bien una auténtica locura.
Y finalmente, en el relato parece como si nada podría ser más irreal que la pretendida realidad.