Rudolf Nurejev (1938-1993) En el Royal Ballet británico, del que fue bailarín principal entre 1962 y 1970 |
Sus potentes saltos en el aire, su sensibilidad y su imaginación como coreógrafo eran únicos.
En Nurejev todo parecía desde el principio como predestinado a vivir una vida nómada y a que su vida fuera siempre a toda velocidad, y no sólo en sentido figurativo.
Biografía:
1938: Rudolf Nurejev nació el 17 de marzo, en Irkutsk (Unión Soviética) en el transiberiano que llevaba a su madre y a sus hermanas a Vladivostok para reunirse con su padre, soldado del Ejército Rojo.
1944: el 31 de diciembre, a los seis años de edad, asistió con su familia al ballet del Teatro de Ufá, ciudad en la que residían. Para él fue como una revelación:
"En ese momento ya no pude pensar en otra cosa que en ser bailarín. Me sentí poseído, llamado a serlo", escribió en su biografía.
Desde entonces, el niño brincaba de una silla a otra imaginando que su casa era un teatro.
Su padre trató de quitarle la idea de la cabeza, ya que era una familia sin recursos, pero fue imposible.
1955: el director del ballet Kirov de Moscú le descubrió en un grupo folklórico y le consiguió una beca para estudiar en San Petersburgo. Allí conoció a Alexander Pushkin (1907-1970), a quien siempre consideró su gran maestro.
1961: su homosexualidad, conocida por el Partido Comunista, le puso en el punto de mira. Aún así, se le permitió viajar a París para participar en la primera gira del Kirov por Europa occidental.
De bailarín virtuoso a estrella mediática.
En su huida de la Unión Soviética de la guerra fría, Nurejev trató de rechazar también normas y convencionalismos.
Los bailarines rusos, siempre controlados por el KGB, tenían prohibido relacionarse con extranjeros.
En ese sentido, Nurejev resultó ser un problema.
Se lanzó a las largas noches de París, a su vida cultural y bohemia, a su modo de vida occidental.
Fue por entonces cuando comenzó su romance con el bailarín danés Eric Bruhn (1928-1986), con quien según los biógrafos estableció una relación intensa y tormentosa, debido al parecer al fuerte y complejo carácter de Nurejev.
Su épica huida del KGB y su arrolladora personalidad le convirtieron pronto en una celebridad.
Acaparaba portadas en la prensa, e incluso llegó a protagonizar algunas películas.
No tardó en ganar fama de genio innato, ingobernable y excéntrico.
Nurejev fue un bailarín genial, extraordinario, y tan exigente consigo mismo como con los demás.
Rudolf Nurejev (Unión Soviética, Irkutsk, 17.03.1938- Francia, Levallois-Perret, 06.01.1993) |