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miércoles, 31 de mayo de 2023

Procesamiento Emocional

 


Procesamiento Emocional

              "La especie que sobrevive no es la más fuerte, ni la más inteligente, sino la más adaptable al cambio"
                                                                                                             Charles Darwin (1809-1882), "El origen de las especies" (1859)

"Si te encuentras con un oso al ir paseando con un amigo, no necesitas correr más que el oso, sólo más que el amigo" 
                                                                                                                                                                                                                                Peter Sterling (2003)





1. Introducción: 
la Adaptación Humana

La emociones son mucho más que programas de acción genéticamente dotados, los cuales podrían hacer parecer a las emociones como algo rígido y estereotipado: 
como procesos adaptativos por excelencia que son, las emociones tienen una alta plasticidad y capacidad para evolucionar, desarrollarse y madurar. 
La principal función de las emociones es la organización de toda nuestra actividad.
La emociones reclutan a los restantes procesos psicológicos como la percepción, la atención, la memoria, el pensamiento, la comunicación verbal y no verbal, y la motivación.
Por lo tanto, las emociones son un complejo sistema de procesamiento de información, el cual es prioritario para la adaptación al medio y para la supervivencia.



2. Concepto de Emoción 

Hay que diferenciar entre la experiencia emocional y el proceso emocional: la primera es consciente y configura el sentimiento; el segundo es parcialmente no consciente y configura el conjunto de todos los elementos que intervienen en la gestión emocional, incluida la experiencia emocional.

En una primera aproximación al concepto de emoción, debe evitarse un error que se presenta frecuentemente, y es el confundir lo que es la emoción humana para una persona y lo que es la comprensión de la emoción por parte de la Psicología. 
Esta diferenciación lleva a discriminar entre una aproximación meramente descriptiva de los procesos emocionales y una más prescriptiva, que intenta desarrollar una serie de conceptos científicamente válidos que aglutinen todos los eventos y fenómenos emocionales (Russell y Lemay, 2000).

Emoción: es el concepto que utiliza la Psicología para describir y explicar los efectos producidos por un proceso multidimensional encargado de:

El análisis de situaciones especialmente significativas.
La interpretación subjetiva de las mismas, en función de la historia personal.
La expresión emocional o comunicación de todo el proceso.
La preparación para la acción o movilización del comportamiento.
Los cambios en la actividad fisiológica.

Es preciso diferenciar el proceso emocional en sí -es decir, el cambio puntual que se produce en un determinado momento y con una duración delimitada en el tiempo- del rasgo o tendencia emocional esto es, las formas habituales de responder emocionalmente de una determinada manera.

Afecto: condición neurofisiológica accesible conscientemente, como en sentimientos más simples (no reactivos), evidente en el tono emocional de base y en las emociones.
El afecto posee tono o valencia, que puede ser tanto positiva como negativa, e intensidad, que a su vez puede ser alta o baja. Prácticamente todas las especies poseen un proceso afectivo. 
Como indica Buck (1985), se especula con la posibilidad de que el tono o valencia esté directamente relacionado con algunas estructuras diencefálicas (hipotálamo) y la intensidad con la formación reticular.
El afecto tiene que ver con la preferencia y permite el: 
conocimiento del valor que tienen para la persona las distintas situaciones a las que se enfrenta.
Por su parte, el humor es un término de uso coloquial ambiguo, al que nos referiremos técnicamente como "tono emocional de base".

Schwarz y Clore (1988) distinguen el tono emocional de base de la emoción, perfilándolo como más difuso y generalizado, mientras que la emoción es una reacción específica a eventos particulares.
Por otra parte, también se diferencian ambos conceptos en la proximidad de la causa, ya que el tono emocional de base tiene una causa que es más remota en el tiempo de lo que lo es la emoción. En definitiva, el:
Tono emocional de base: refleja la probabilidad de que la persona obtenga placer o dolor a partir de sus relaciones con el medio ambiente físico y social en el que se encuentra inserto.

Sentimiento: es la experiencia subjetiva de la emoción. 
En este sentido, Izard, Kagan y Zajonc (1990) enfatizan la controversia que suscita, ya que a menudo la cuestión importante es determinar si se trata de un estado de sentimiento, de un tipo especial de proceso cognitivo o una combinación de sentimiento y cognición.
En cualquiera de los casos, como indican Carlson y Hatfield (1992) el término:
Sentimiento: se refiere a la evaluación, momento a momento, que un sujeto realiza cada vez que se enfrenta a una situación.

Proceso emocional: implica una condición especial de procesamiento de información, mediante el cual se pone en relación algo ya conocido o que se percibe en ese momento, con una escala de valores; análisis del cual depende tanto la cualidad como la intensidad de las emociones evocadas.



3. Características de las Emociones

3.1. Funciones de las Emociones

Las funciones que todas las emociones deben cumplir y que las hacen útiles y beneficiosas, según Reeve (1994) son: adaptativa, social y motivacional.

Funciones adaptativas: preparan el organismo para la acción.
La función adaptativa de las emociones fue puesta de manifiesto en primer lugar por Darwin, quien argumentó que la emoción sirve para facilitar la conducta apropiada a cada situación, lo cual confiere un papel de extraordinaria relevancia en la adaptación.

Funciones adaptativas de las emociones primarias:
Sorpresa -exploración-
Asco -rechazo- 
Alegría -afiliación-
Miedo -protección- 
Ira -autodefensa- 
Tristeza -reintegración-

Funciones sociales: comunican nuestro estado de ánimo. 
Carroll E. Izard (1989) destaca varias subfunciones:
Facilitar la interacción social.
Controlar la conducta de los demás. 
Comunicar los estados afectivos.
Promover la conducta prosocial.

Incluso la falta de comunicación o represión de las emociones puede cumplir una función social. Aunque de forma general la inhibición emocional produce malos entendidos y reacciones indeseables, que no se hubieran producido en el caso de que los demás hubieran conocido el estado emocional en el que esa persona se encontraba (Pennebaker, 1993).

Funciones motivacionales: facilitan las conductas motivadas.
El efecto emocional de las emociones no se limita al hecho de que en toda conducta motivada se produzcan reacciones emocionales, sino que una emoción puede determinar la aparición de la propia conducta motivada, dirigirla hacia determinada meta y hacer que se ejecute con un cierto grado de intensidad.
De esta manera, las emociones se constituyen en el primer sistema motivacional para la conducta humana, ya que juegan un papel crítico en la energización de la conducta motivada, y en los procesos de percepción, razonamiento y acción motivadora (Izard y Ackerman, 2000).

Las principales emociones dibujan lo que son los dos grandes ejes de regulación del comportamiento: aproximaciónevitación o, si se prefiere, apetitivo y aversivo (Hamm, Schupp y Weike, 2003), y dibujan lo que son los dos grandes ejes de regulación del comportamiento.

Dimensión motivacional de las emociones:
Aproximación: amor, felicidad, alegría, humor, relax, sorpresa, orgullo.
Rechazo: aburrimiento, tristeza, culpa, ansiedad, vergüenza, hostilidad, depresión, asco, miedo, celos, ira.


3.2. Tareas de las Emociones

Según Gerhard Stemmler (2003), todas las emociones cumplen una serie de tareas, entre las que destacan:

a) Codificar las condiciones estimulares como positivas o negativas, o alternativamente, como apetitivas o aversivas.
b) Interrumpir las cogniciones y el comportamiento en curso, focalizando de nuevo la atención.
c) Escudriñar la memoria emocional, para localizar contingencias estímulo-respuesta aprendidas.
d) Influenciar tendencias de respuesta comportamental hacia una disposición motivacional particular como la aproximación o la evitación.
e) Involucrar procesos explícitos e implícitos para la evaluación de los estímulos, el ambiente, y la memoria, así como de los procesos implícitos de valoración.
f) Preparar clases de comportamiento, como la defensa, el abatimiento o el ataque, a través de una coordinación de los sistemas autonómico, somático, hormonal e inmune.
g) Poner las intenciones de uno en conocimiento de los demás, tanto oralmente como a través de la postura, el color de la piel, la expresión facial, etc.
h) Comunicar las actividades autonómica y somática a las aferencias para su integración en los centros cerebrales.
i) Responder con extrema rapidez para contrarrestar amenazas de lesiones o de integridad del organismo, protegiendo el cuerpo y sus órganos de cualquier tipo de daño. 

En función de estas tareas, podemos considerar que las emociones funcionan como programas de orden superior o módulos de la mente, que son responsables de ajustar prioridades de procesamiento y de respuesta.
Así, cuando una emoción se dispara, activa algunos mecanismos subordinados como la atención, el procesamiento heurístico o la urgencia en los programas de acción, y desactiva otros como las metas de alto nivel, el procesamiento sistemático, la digestión, etc. 
Por lo tanto, son una modalidad de funcionamiento del sistema psicológico (Mineka, Rafaeli y Yovel, 2003).


3.3. Leyes de las Emociones

Rigen el proceso emocional y fueron formuladas en primer lugar por Frijda (1988).
Estas leyes o principios han supuesto uno de los más importantes avances en la caracterización de las condiciones y procesos que rigen el complejo mundo de las emociones. Su formulación:

1. Significado situacional: las emociones surgen en respuesta a la estructura que nos da la situación.
2. Lo concerniente: las emociones surgen en respuesta a situaciones que son importantes para las metas, deseos, motivaciones, o preocupaciones.
3. Realidad aparente: las emociones van a ser suscitadas por situaciones que son valoradas como reales, y la intensidad de éstas se corresponderá con el grado de realidad que asume.
4. Cambio: el cambio, la presencia de condiciones favorables o desfavorables, facilitará la aparición de respuesta emocional, pero es necesario que esas condiciones se den como fruto de cambios reales o esperados.
5. Habituación: los placeres o dificultades continuadas tienden a desvanecerse o perder fuerza.
6. Sentimiento comparativo: la intensidad de una emoción dependerá de la relación entre el evento ante el que se tiene esa emoción y el marco de referencia en el que es evaluado.
7. Asimetría hedónica: el placer es siempre contingente con el cambio y desaparece con la satisfacción continua, mientras que el dolor puede persistir en el tiempo, si persisten las condiciones adversas.
8. Conservación del momento emocional: los momentos emocionales retienen su capacidad para suscitar las emociones indefinidamente.
9. Final: las emociones tienden a estar sujetas a juicio, en términos de relatividad, sobre el impacto y los requerimientos de metas y objetivos, que van más allá de los que inicialmente se tenían.
10. Cuidado con las consecuencias: cada impulso emocional suscita un segundo impulso que tiende a modificar esa primera respuesta emocional en relación con las posibles consecuencias que tendría.
11. Menor carga y mayor beneficio: cuando una situación puede ser vista desde distintas alternativas, existe una tendencia a verla desde aquella postura que minimice la carga emocional y/o que maximice una ganancia emocional. 

En relación a la asimetría hedónica podría plantearse alguna duda.
¿Qué pone de manifiesto la ley de la "asimetría hedónica"?:
El placer desaparece con la satisfacción continua, mientras que el dolor puede persistir en el tiempo.

Sin embargo, si el placer fuera muy intenso: 
¿podría tal vez no ser siempre contingente con el cambio? ¿podría no desaparecer la satisfacción continua?
 
En función de estas tareas, podemos considerar que las emociones funcionan como programas de orden superior o módulos de la mente, que son responsables de ajustar prioridades de procesamiento y respuesta. Así, cuando una emoción se dispara, activa algunos mecanismos subordinados como la atención, el procesamiento heurístico o la urgencia en los programas de acción, y desactiva otros como las metas de alto nivel, el procesamiento sistemático, la digestión, etc.
Por lo tanto, son una modalidad de funcionamiento del sistema psicológico (Mineka, Rafaeli y Yobel, 2003).



4. Tipos de Emociones

El estudio del proceso emocional ha seguido dos direcciones para investigar cómo se organizan las emociones concretas o específicas:

El estudio dimensional de las emociones: tiene su fundamentación en la existencia de importantes diferencias individuales que los adultos llegan a desarrollar, por lo que el empleo de categorías discretas no es la mejor forma de describir la realidad.
El estudio de las emociones discretas o específicas: parte de la existencia de características únicas y distintivas para cada categoría emocional, lo que permite hablar de emociones discretas, a pesar de las diferencias individuales que surgen en el desarrollo personal de cada una de ellas.


4.1. Emociones Dimensionales

El estudio dimensional de las emociones tiene una larga tradición en la investigación psicológica, siendo defendida en primer lugar por Wilhelm Wundt (1832-1929), en 1896.
Tienen un carácter bipolar y estarían definidas por tres ejes:

Valencia afectiva: va de lo agradable al desagradable -placer-displacer- y permite diferenciar las emociones en función de que su tono hedónico sea positivo o negativo.
Activación: va desde la calma al entusiasmo, y permite diferenciar emociones por la intensidad de los cambios fisiológicos entre tranquilidad-relajación, y el de extrema activación o pánico incontrolable.
Control: va del extremo controlador de la situación, al extremo contrario de controlado por la situación, y permite diferenciar las emociones en función de quién ejerza el dominio, la persona o la situación desencadenante.

El mapa emocional que más investigación ha acumulado hasta el momento es el: 
Espacio emocional dimensional (Lang, Bradley y Cuthbert, 1999): Valencia afectiva y Activación. 
Su principal atractivo es que pueden dar explicación de un número infinito de estados emocionales y proporcionan un esquema para delimitar similitudes y diferencias de las emociones.

Sin embargo, las dimensiones bipolares no son la única propuesta dimensional que se ha desarrollado. 
Gilboa y Revelle (1994) realizaron una investigación para comprobar, entre otras, la hipótesis de que la independencia de las emociones de tono hedónico positivo y negativo podría ser demostrada no sólo en la estructura, sino también en el patrón temporal de las respuestas emocionales.

De este modo, tendríamos dos dimensiones unipolares para definir la valencia afectiva:
Por una parte, una dimensión formada por las emociones de tono hedónico negativo que son emociones desagradables que se experimentan cuando se bloquea una meta, se produce una amenaza o sucede una pérdida;
Y una segunda dimensión formada por las emociones de tono hedónico positivo que son las emociones agradables, que se experimentan cuando se alcanza una meta.


4.2. Emociones Discretas

El estudio de las emociones discretas o específicas tiene su origen en el hecho de que al menos algunas emociones -las consideradas primarias- poseen características distintivas en alguno o varios de su elementos.

4.2.1. Emociones Primarias

A nivel ontogenético, el desarrollo de las emociones está ligado a la maduración de los mecanismos y estructuras neurales que sustentan el proceso emocional; así, es a lo largo del desarrollo evolutivo cuando se estructuran, con el concurso del aprendizaje y la propia historia personal, los patrones propios de evaluación valorativa y de respuesta de las emociones, siguiendo el curso madurativo propio de nuestra especie (Dunn, 2003).
Unas cuantas emociones discretas emergen en los primeros momentos de la vida -hacia los 6 meses- entre las que se incluyen: 
satisfacción, alegría, interés, sorpresa, angustia, tristeza, asco, ira y miedo (Ekman, 1992, 2003).

4.2.2 Emociones Secundarias

Son fruto de la socialización y del desarrollo de capacidades cognitivas y son también denominadas sociales, morales, o autoconscientes. 
Surgen hacia los 2 años y medio hasta los 3 años, y son: 
azoramiento, envidia, empatía, orgullo, vergüenza, culpa, vergüenza, culpabilidad, celos, arrogancia, bochorno, etc. (Dunn, 2003).
Son necesarias tres condiciones primarias para la aparición de estas emociones:
Es necesaria la aparición de la identidad personal.
El niño debe estar iniciando la internalización de ciertas normas sociales (lo que está bien o está mal).
Debe ser capaz de evaluar su identidad personal de acuerdo a estas incipientes normas sociales.



5. Proceso Emocional

El proceso tiene su inicio en la percepción de unos cambios en las condiciones internas y/o externas, que son procesadas por un primer filtro que suponemos formado por un proceso dual de evaluación valorativa.

Representación del proceso emocional
Situación externa e interna:
Experiencia subjetiva -autoinforme-
Expresión corporal -comunicación no verbal-
Afrontamiento -conducta motora-
Soporte fisiológico -respuestas fisiológicas-

Como puede apreciarse, el proceso tiene su inicio en la percepción de unos cambios en las condiciones internas y/o externas, que son procesadas por un primer filtro que suponemos formado por un proceso dual de evaluación valorativa.



6. Desencadenantes Emocionales

El antecedente que pone en marcha el proceso emocional es la percepción de un cambio en las condiciones estimulares tanto externas como internas al organismo.
Este cambio, por lo tanto, tiene como vías de acceso todos los sistemas perceptivos del organismo:
vista, oído, olfato, gusto, tacto, propioceptivo y, adicionalmente, la propia actividad mental, ya que un mínimo recuerdo puede servir de desencadenante de todo el proceso.

Pero si el mismo cambio ha aparecido de forma reiterada, perderá su capacidad de provocar una respuesta emocional -ley de la habituación-.
Un punto importante es la verosimilitud de las situaciones, ya que buena parte de la respuesta emocional va a depender del grado de realidad o falsedad que la situación provoque en la persona -ley de la realidad aparente-. 



7. Evaluación y Valoración Emocional

Desde que Arnold (1960) realizara la primera propuesta de un sistema de valoración emocional, seguida por el sistemático desarrollo por parte de Richard Lazarus (1966), se ha producido un importante progreso teórico y experimental, para definir lo más preciso posible este componente de las emociones.
Dos posturas han polarizado históricamente este estudio, los modelos evolucionistas que han enfatizado la "primacía del afecto", frente a los modelos social-cognitivos que se han volcado en la "primacía de la cognición".
No obstante, siguen existiendo diferentes propuestas sobre cómo se desarrolla la fase central del procesamiento emocional y el sistema de valoración que lo configura, pero todas ellas comparten puntos en común. Roseman y Smith (2001) han señalado esos aspectos comunes:

a) Cada respuesta emocional es movilizada por un patrón distinto del sistema de análisis, de modo que incluso las mismas valoraciones pero combinadas de manera diferente participan en el desarrollo de diferentes emociones.
b) Las diferencias en el sistema de análisis se suman a las diferencias individuales y temporales en el momento de definir la respuesta emocional a movilizar.
c)Todas las situaciones a las que se les asignan el mismo patrón de valoración, evocan inevitablemente la misma emoción.
d) El sistema de análisis se convierte en un procesamiento de la información, que va a predecir qué respuestas emocionales específicas van a conseguir una mayor capacidad adaptativa ante determinada situación.
e) Los sistemas de análisis pueden explicar también la existencia de respuestas emocionales desadaptativas, que serían el resultado de valoraciones inadecuadas o no ajustadas a la realidad.
f) Los cambios introducidos en el sistema de valoración para determinadas situaciones y que tienen lugar en el desarrollo del niño, intervienen en su desarrollo emocional futuro.
 

7.1. El Sistema de Análisis

El proceso de evaluación valorativa es el sistema de análisis emocional.
Actúa como un primer filtro en la detección y desencadenamiento emocional, discriminando lo que tiene relevancia emocional de lo que no lo tiene y dándole un grado de intensidad.
Aunque realmente hay muy pocas cosas que nos sean totalmente indiferentes o "frías" desde el punto de vista emocional.

Se trata, por lo tanto, de un sofisticado sistema de extracción y procesamiento de información enfocado a cumplir las funciones adaptativas, sociales y motivacionales de las emociones.
Klaus R. Scherer (1984) establece una diferenciación entre el estadio afectivo subjetivo y el proceso de valoración cognitiva de estímulos, fundamentada en la diferenciación que existe en sus mecanismos de regulación: 
el estado afectivo subjetivo estaría regulado por el sistema de registro, mientras que el proceso de valoración cognitiva lo estaría por el sistema de información.

7.1.1. La Evaluación de la Situación

Desde la perspectiva de Scherer (1988, 1990), ¿a qué corresponde la evaluación de la situación? A la novedad y al agrado intrínseco.
Por tanto, el primer componente de este doble proceso que actúa como filtro afectivo se compone a su vez de:

La Novedad: se determinará si se ha producido algún cambio en el patrón estimular, tanto externo como interno, valorando particularmente si ocurre una situación que es nueva, o por el contrario, esperada.

El Agrado Intrínseco: determinación de si las condiciones estimulares son agradables o no, incluyendo en ella tendencias de acercamiento, en el caso de la valoración agradable, y conteniendo tendencias de evitación/huida en el caso de que sea desagradable.
Incluso parece que existen circuitos específicos para algunos olores, sabores, etc. (Rozin, 1999).

Este análisis, en parte, es realizado por mecanismos primitivos de detección, pero si es necesario, la evaluación va más allá de este nivel más primitivo; de este modo, ante ciertos acontecimientos puede llegar incluso a producirse estimaciones de probabilidad y predictibilidad (Ellsworth y Scherer, 2003).
En resumen, esta primera evaluación de la situación se realizaría mediante procesos automáticos, y con un bajo nivel de conciencia (Arne Öhman, 1994).
Öhman, Flykt, y Lundqvist, (2000) sostienen que hay un cierto número de estímulos para los cuales tenemos un patrón de evaluación evolutivamente preparado.
Por ejemplo, las imágenes de serpientes y arañas proveen de señales innatas de peligro y son así procesadas automática y rápidamente. 

7.1.2. La Valoración de la Situación

El segundo componente o filtro de significado se compondría a su vez, según Scherer (1988, 1990) de:

La Significación: se valora si la situación es pertinente a las metas importantes o necesidades de la persona, si es relevante o no -ley del significado situacional-.
Hay una estrecha relación entre la naturaleza del motivo y la emoción resultante, y viceversa. La valoración de la relevancia motivacional es, por tanto, esencial para determinar si una situación fomenta o pone en peligro la supervivencia, la satisfacción de necesidades y el logro de metas -ley de lo concerniente-.
La noción de detección rápida de relevancia parece razonable desde un cierto nivel de abstracción, es difícil concebir cuál es el mecanismo subyacente que lo sustenta (Ellsworth y Scherer, 2003).

Para profundizar más en los aspectos de la relevancia y congruencia motivacional de este segundo componente o filtro de significado, los planteamientos realizados desde la perspectiva de Craig Allen Smith y Richard Lazarus (1993) son:

La valoración de la situación estaría formada por una valoración cognitiva de los componentes de la valoración y del núcleo de temas relacionados.
La relevancia motivacional es una valoración que alude a los compromisos personales y al grado en que la situación es relevante para la persona.
La congruencia motivacional se refiere a si la situación es consistente o inconsistente con los deseos y las metas de la persona.

Los componentes de la situación son:
La responsabilidad determina quién o qué es el responsable del mérito o de la culpa.
El potencial de afrontamiento enfocado al problema implica evaluaciones acerca de la habilidad de la persona para actuar directamente sobre la situación y solucionarla.
El potencial de afrontamiento enfocado a la emoción se refiere a las perspectivas percibidas de ajustarse psicológicamente a la situación modificando la interpretación de la misma.
Las expectativas futuras se refieren a las posibilidades de realizar cambios en la situación actual para hacer que la situación pareciese más o menos congruente motivacionalmente.

El Afrontamiento: se determina la causalidad de un evento del estímulo, si se trata de algo que ha ocurrido fortuitamente o de manera intencionada por parte de alguien.
La teoría de la atribución emocional de Bernard Weiner (1985), desarrollada para explicar la atribución en un contexto de logro, sugiere que las expectativas de éxito y de fracaso, además de generar afecto positivo y negativo -emoción primitiva-, generan emociones diferentes en función del resultado de la atribución de causalidad. 
Weiner propone tres dimensiones fundamentales de atribución causal: interna-externa, controlable-incontrolable, y estable-inestable.
Scherer (1988) ha sugerido distinguir entre el control, el poder y la aptitud de ajuste como aspectos separados de la habilidad de afrontamiento.

Las Normas: se utilizan para analizar si la situación, y particularmente la acción a desarrollar, es conforme con las normas sociales, convenciones culturales o expectativas de otras personas significativas para la propia persona, y si es consistente con normas interiorizadas, es decir, si se ajusta a las normas que forman parte de su autoimagen, sus propias normas, o no.
Se recogen las características fundamentales que diferencian y definen los procesos automáticos y los controlados (Öhman, 1999).


7.2. Estilos de Procesamiento

Tradicionalmente, se ha venido considerando y sosteniendo que determinados rasgos de personalidad influencian directamente el procesamiento de la emoción, sin embargo, la revisión actual de la evidencia existente no avala tal propuesta y, por el contrario, se acerca más a una consideración de los rasgos de personalidad como variables mediadoras o moduladoras del procesamiento emocional.

No obstante, una excepción a estos hechos viene marcada por los estilos emocionales de represión y sensibilización, y su efecto sobre el procesamiento de la información emocional (Krohne, 1993); así:
Las personas represoras son las que intentan evitar o retirar la atención de los estímulos amenazantes.
Las personas sensibles son las que continuamente supervisan el entorno para detectar la presencia de tales estímulos.
Tales estilos parecen guardar una alta relación con los rasgos de ansiedad y de deseabilidad social (Weinberger, Schwartz, y Davidson, 1979).

Además, existen otros estilos de procesamiento emocional. Así Forgas (1993) nos señala cuatro estrategias básicas que configuran otros tantos estilos de procesamiento. Los estilos de:
acceso directo, motivado, heurístico, y sustancial.


7.3. Actitudes Emocionales Cognitivas

¿Qué papel juegan las actitudes emocionales cognitivas?:
Anticipan y preparan los recursos psicológicos para un tipo de situación emocional específica.

Es precisamente el segundo componente de este filtro o filtro de significado, el que hace que determinadas personas desarrollen actitudes cognitivas emocionales que favorecen la aparición de un tipo de emoción sobre otras.
Así, estas actitudes emocionales funcionan reduciendo los umbrales necesarios para producir un tipo concreto de respuesta emocional (Ekman, 1994).  
En resumen:
las actitudes emocionales cognitivas son el fruto del establecimiento de una serie de sesgos que actúan sobre el sistema de valoración de la situación, anticipando y preparando los recursos psicológicos para un tipo de situación emocional específica.

Por ejemplo, el verse sometido en un lapso relativamente breve de tiempo a repetidas situaciones que producen la respuesta emocional de miedo, daría lugar al desarrollo de una actitud cognitiva de ansiedad (Rosen y Schulkin, 1998).



8. Activación Emocional

En lo referente a la activación emocional, la respuesta emocional es de carácter multifactorial e implica múltiples efectos, entre los cuales los más específicos son:
experiencia subjetiva, expresión corporal, afrontamiento, y soporte fisiológico.

Experiencia subjetiva: sensaciones o sentimientos que produce la respuesta emocional cuya principal temática es el placer o displacer -tono hedónico- que desprende la situación, seguida por la activación o intensidad.
Aunque no son éstos los únicos contenidos de los sentimientos, como señala Scherer (2001), la experiencia subjetiva consciente consta también de la auto-percepción de la representación integrada de los cambios en todos otros componentes de la respuesta emocional.
Cabanac (2002) propone que el sentimiento emocional depende de cuatro dimensiones:
duración temporal del evento, cualidad emocional, intensidad de la situación, y grado de placer-displacer o hedonismo.

Y, por supuesto, el sentimiento es reflejo de los cambios en la bioquímica y fisiología del organismo: 
un papel muy especial parece ser el que juega la expresión facial de las emociones (Izard, 1991).
Los procesos subjetivos son procesos reales, producto del metabolismo neuronal. 
La subjetividad es una neuro-función categorial e integrativa, lo mismo que lo es por eje. el aprendizaje (Santibañez, 1976).
Los contenidos de estos procesos subjetivos son virtuales, lo que significa que aunque sean producto de la actividad neuroendocrina, son generados en el espacio-tiempo real, aunque sus contenidos pueden escapar de este tiempo y del espacio real (Knight y Grabowecky, 1995).

Expresión corporal: comunicación y exteriorización de las emociones mediante la expresión facial y otra serie de procesos de comunicación no verbal, tales como los cambios posturales o la entonación.

Afrontamiento: cambios comportamentales que producen las emociones y que hacen que las personas se preparen para la acción.
Se refiere al conjunto de esfuerzos cognitivos y conductuales, que están en un constante cambio para adaptarse a las condiciones desencadenantes, y que se desarrollan para manejar las demandas, tanto internas como externas, que son valoradas como excedentes o desbordantes para los recursos de la persona (Lazarus y Folkman, 1984).

Soporte fisiológico: cambios y alteraciones que se producen en el sistema nervioso central, periférico y endocrino.
De todos estos cambios, los más estudiados son los que refieren a los sistemas somático y autónomo (Cacioppo, Klein, Berntson y Hatfield, 1993).
La mente humana se encuentra configurada por una larga serie de programas desarrollados para dominios específicos.
Son necesarios programas de orden superior, que coordinen todos los componentes: y las emociones son precisamente tales programas (Cosmides y Tooby, 2000)
Precisamente por ello, cuando se produce un mal funcionamiento emocional, se desarrolla una patología mental y se desorganiza buena parte del comportamiento.

Activación emocional: es un programa de orden superior.
Su función es dirigir las actividades y las interacciones de los subprogramas que rigen la percepción, la atención, el aprendizaje, la memoria, la elección de metas, las prioridades motivacionales, las estructuras categoriales y conceptuales, las reacciones fisiológicas, los reflejos, las reglas de decisión de comportamiento, el sistema motor, los procesos de comunicación, la determinación del nivel de energía y de esfuerzo, la coloración afectiva de los acontecimientos y estímulos, la recalibración de probabilidades estimadas, la valoración de las situaciones, los valores, las variables reguladoras, etc.



9. Manifestación Emocional

El segundo filtro, que controla la manifestación de las emociones, está basado en el aprendizaje y la cultura, y es el responsable del control emocional mediante la inhibición, exacerbación o distorsión que puede manifestar la respuesta emocional (Levenson, 1994).
Este filtro ha sido denominado de formas diversas a lo largo de la literatura antropológica, donde ha sido ampliamente estudiado.
Levy (1973) lo denominó "reglas regulativas" para referirse a cómo se debe manifestar o expresar una emoción como consecuencia de la influencia cultural en la persona.
Heider (1991) usó el término "reglas de despliegue" para referirse a este mismo proceso.

Mediante el control emocional, la expresión corporal de las emociones adquiere un papel funcional o social en lo que podemos observar mediante la comunicación no verbal.
La expresión de las emociones es en su origen una respuesta no instrumental, es decir, se produce de forma involuntaria.
No obstante, bajo los efectos del aprendizaje y la cultura, este papel puede alterarse adquiriendo un carácter instrumental: 
acercándose en ese momento en su funcionamiento al propio afrontamiento (Camras, 1994).
 
En relación al afrontamiento, éste no garantiza la solución de la situación problemática que lo desencadenó, por lo tanto tiene que adaptarse a las condiciones del entorno. 
Sin embargo, los procesos de afrontamiento tienden a sobre-generalizarse, es decir, todo afrontamiento que ha sido utilizado con éxito en una situación emocional, tiende a ser utilizado con persistencia en situaciones en las que ya no es funcional. 
Es precisamente por este hecho -su tendencia a la sobre-generalización- por lo que se  desarrollan estilos de afrontamiento, es decir, formas personales características de afrontamiento, de modo que se desarrollan sesgos o formas preferidas en la manera de responder ante las emociones.

Sobre el concepto de especificidades individuales de respuesta, que hace referencia a formas características y personales en al activación fisiológica emocional, los estudios de Marwitz y Stemmler (1998) ponen de manifiesto la debilidad de este concepto, ya que la especificidad individual de respuesta aparece tan solo en un 33% de la personas y, además, su estabilidad temporal sólo afecta a un 15% de las mismas.

En este sentido, afrontamientos dirigidos a modular la propia respuesta emocional, como la supresión emocional, actúan selectivamente sobre ciertos parámetros autonómicos, como el incremento de la actividad simpática del sistema cardiovascular, mientras que la reevaluación de la situación conlleva una reducción de la misma (Gross, 2002). 



10. Dinámica Emocional

Las emociones presentan en su desarrollo temporal dos procesos secuenciales y diferenciados:

En primer lugar, aparece el proceso emocional primario: se caracteriza por su brevedad temporal y por presentar una secuencia característica. 
Así, el desencadenante suscita la respuesta emocional de forma inmediata, la cual tiene:
un tiempo de reacción muy corto, llega a su máximo nivel de intensidad o amplitud en un breve espacio de tiempo y, una vez que desaparecen las condiciones desencadenantes, la respuesta emocional se atenúa.

Sin embargo, a cada proceso emocional primario le sigue un proceso oponente, que es también parte del proceso emocional, y que se caracteriza por ser una respuesta emocional de propiedades contrarias a la respuesta inicial o proceso emocional primario.
Este proceso oponente jugaría un papel homeostático, encargándose de devolver a la persona al estado previo al de iniciarse la respuesta.
Así, según Richard Solomon (1980), el proceso oponente tiene una secuencia caracterizada por poseer un:
tiempo de reacción largo, que llega a su máxima intensidad lentamente y, una vez que desaparecen las condiciones desencadenantes, su atenuación es también lenta.

La respuesta emocional manifiesta es el resultado de la activación subyacente de estos dos procesos; en resumen:

a) ante la aparición del desencadenante, se produciría un: rápido inicio del proceso emocional primario, el cual alcanzaría rápidamente su máximo nivel de intensidad;
b) si se mantienen las condiciones desencadenantes el: proceso primario se va adaptando mientras se inicia lentamente un proceso de estabilización;
c) con la desaparición del desencadenante: se inicia el proceso oponente;
d) cuando el: proceso primario y oponente se igualan en intensidad, se produce una neutralización del proceso emocional;
e) posteriormente se inicia: rápidamente el proceso primario, y cuando la intensidad del proceso oponente supera a la del proceso primario, será este proceso el que produzca sus consecuencias emocionales, hasta que lentamente se produzca la adaptación y caída del mismo.





Brumas

Lanbroa Volver.. ...y la lluvia en mis ojos y la niebla en mis labios... ...y esas brumas de plata que recue...

Brumas (Lanbroa, 15 de agosto de 2018)

Volver....................y la lluvia en mis ojos y la niebla en mis labios..............y esas brumas de plata que recuerdo y amo...............y esa nostalgia.......................hace tantas lluvias que no volvía............................. Respiro..................y el mar en mi norte y el norte en el viento..............y esos verdes y grises que añoro........que amo...............y esa sensación........................hace tantos mares que no volvía.............................. Llego.....................y las lágrimas en las nubes y el silencio en los tejados...........y esas brumas de musgo que conozco y amo.............y ese dolor.....................hace tantas lágrimas que no volvía.......................... Sonrío....................y la sonrisa en la ventana y la hiedra en los abrazos.........y esas brumas de otoño que adoro........que amo..............y esa alegría..................hace tantas sonrisas que no volvía........................... Hablo.....................y hay silencios que gritan palabras calladas..............y hay voces antiguas en las brumas de nácar..............ese extraño lenguaje que comprendo y amo...............y esa emoción......................... hace tantos silencios que no volvía.............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. ..................... .............. .................. .............. .............. ........... Y recuerdo...............los días pasados..........las caricias perdidas..........las manos de seda..........los besos dormidos..............y esas brumas del tiempo que tanto he amado.....................y esa belleza........................ hace tanto amor que no volvía.....................