El atractivo de algunas imágenes reside en que muestran una versión idílica de la realidad.
Una versión ideal, paradisíaca, bucólica...
Ideal: "que se ajusta muy estrechamente a un modelo o prototipo de perfección"
Paradisíaca: "que tiene características que se asocian al paraíso, como la belleza del paisaje, o el bienestar"
Bucólica: "que trata de asuntos relacionados con la vida campestre y peripecias amorosas"
El amor simbolizado como lo eterno, lo infinito...
...como el mar.
Existen otras imágenes menos idílicas. Otros mares.
Por ejemplo, el Mare Nostrum (más correctamente Nostrum Mare, en latín clásico).
Fue el nombre dado al Mar Mediterráneo por los Romanos en su época imperial.
Una versión ideal, paradisíaca, bucólica...
Ideal: "que se ajusta muy estrechamente a un modelo o prototipo de perfección"
Paradisíaca: "que tiene características que se asocian al paraíso, como la belleza del paisaje, o el bienestar"
Bucólica: "que trata de asuntos relacionados con la vida campestre y peripecias amorosas"
El amor simbolizado como lo eterno, lo infinito...
...como el mar.
Existen otras imágenes menos idílicas. Otros mares.
Por ejemplo, el Mare Nostrum (más correctamente Nostrum Mare, en latín clásico).
Fue el nombre dado al Mar Mediterráneo por los Romanos en su época imperial.
Es decir: año 27 a. C - 476 d. C.
Hay una canción, "Mediterráneo", que sugiere una versión diferente de ese mar:
"...y en mi piel llevo el sabor amargo del llanto eterno,
que han vertido en ti cien pueblos, de Algeciras a Estambul,
para que pintes de azul sus largas noches de invierno...
y a fuerza de desventuras, tu alma es profunda y oscura..."
Que la vida surgió en el mar -dicen-.
De hecho, para algunos el mar puede simbolizar no solamente su cuna, sino también su tumba.
Nos informan continuamente de que miles de subsaharianos mueren cada año en el Mediterráneo, cuando intentan llegar a Europa en pateras huyendo de la guerra, de la violencia, del hambre, de la miseria, de la muerte.
Y todos nos rasgamos las vestiduras, pero nadie hace nada para evitarlo.
Son las víctimas inocentes del denominado primer mundo, de la globalización, de la corrupción, de las mafias, de la injusticia.
Habría que preguntarse qué podría significar para ellos una imagen tan idílica.
Hay una canción, "Mediterráneo", que sugiere una versión diferente de ese mar:
"...y en mi piel llevo el sabor amargo del llanto eterno,
que han vertido en ti cien pueblos, de Algeciras a Estambul,
para que pintes de azul sus largas noches de invierno...
y a fuerza de desventuras, tu alma es profunda y oscura..."
Que la vida surgió en el mar -dicen-.
De hecho, para algunos el mar puede simbolizar no solamente su cuna, sino también su tumba.
Nos informan continuamente de que miles de subsaharianos mueren cada año en el Mediterráneo, cuando intentan llegar a Europa en pateras huyendo de la guerra, de la violencia, del hambre, de la miseria, de la muerte.
Y todos nos rasgamos las vestiduras, pero nadie hace nada para evitarlo.
Son las víctimas inocentes del denominado primer mundo, de la globalización, de la corrupción, de las mafias, de la injusticia.
Habría que preguntarse qué podría significar para ellos una imagen tan idílica.
Tal vez:
el mar simbolizado como lo eterno, lo infinito...
...como el amor, como la muerte...
...como el dolor...