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| Safet Zec, "Exodus" |
El término Exodus, o emigración de un pueblo o de una muchedumbre de personas, se refiere en primer lugar a la salida o éxodo de los hebreos de Egipto después de siglos de esclavitud.
Los sucesos que se narran en él se desarrollaron, según las hipótesis de los investigadores, alrededor del siglo XIII a. C. y abarcan desde los presupuestos de la liberación hasta la salida de los hebreos del país, su estancia en el desierto y la alianza establecida en el monte Sinaí entre Dios y el pueblo elegido.
Los textos legales presentan paralelismos interesantes con los códices sumerios, babilonios e hititas.
En la actualidad, existen otros éxodos.
Las principales rutas migratorias del mundo:
Mediterráneo, el Líbano, Siria, Irak, Afganistán, Yemen, México, Venezuela, mar Rojo, Nigeria, Sudán del Sur, República Democrática del Congo...
En total, unos 70,8 millones de personas han sido obligadas a abandonar sus hogares en busca de seguridad y protección.
Han huido de peligros extremos: de bombardeos implacables, de un ejército invasor, de la violencia de pandillas o de mafias...
Existen grandes movimientos de población motivados por las necesidades más extremas y la miseria, a lo largo de rutas migratorias peligrosas y marcadas por la explotación y la violencia:
las heridas y cicatrices en los cuerpos de los rescatados hablan por sí mismas de dicha violencia.
Se trata de refugiados y desplazados inocentes que pretenden vivir en un entorno seguro para sus familias, que sólo buscan trabajo y una vida mejor.
Zonas de conflicto, donde millones de personas han sido desarraigadas y obligadas a dejar su tierra, sus raíces, sus costumbres, parte de su identidad.
Sin embargo, controladas por las mafias, las rutas se convierten en las más peligrosas y mortales del mundo.
Mediterráneo
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| Aumento de la tasa de inmigrantes en el Mediterráneo |
No es fácil dar cifras exactas, ya que por desgracia los datos van cambiando continuamente.
La mayoría de los inmigrantes son subsaharianos que llegan a las costas de las islas Canarias y de Andalucía huyendo de la violencia, de la miseria, del hambre.
En 2019, más de 8.400 inmigrantes buscaron la seguridad en Europa cruzando el Mediterráneo central desde Libia, de los cuales más de 500 murieron en la travesía.
Desde 2014, son más de 17.000 los que han fallecido ahogados.
La ruta entre Libia e Italia sigue siendo al parecer la más letal, con un inmigrante muerto de cada 18 que intentaban llegar a Italia.
El Mediterráneo se ha convertido en una de las fronteras más letales del mundo.
Oriente Próximo
Según ACNUR, a 1 de diciembre de 2019, había registrados 5.661.341 refugiados sirios, dos terceras partes de ellos en Turquía y el resto en el Líbano, Jordania e Irak.
Según fuentes de la Comisión Europea, en los últimos meses, más de 70.000 sirios habían solicitado asilo en la Unión Europea.
Desde Yemen, ACNUR estimaba que habían salido unos 300.000 inmigrantes.
Se calculaba que había unos 3,65 millones de desplazados internos.
África
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se estimaba que 84.378 africanos del este de África (en su mayoría etíopes) llegaron en los primeros seis meses de 2019 a Yemen, con el objetivo de llegar a Arabia Saudí.
América
Más de 1,6 millones de venezolanos han cruzado la frontera de Colombia y se exponen a inseguridad, condiciones de acogida precarias y una respuesta estatal limitada.
Los inmigrantes venezolanos en Colombia atraviesan una crisis en parte desatendida.
Se trata del segundo movimiento de población más grande del mundo.
Y es que estamos frente a un éxodo de más de 4,7 millones de emigrantes, de los que una tercera parte se ha asentado en Colombia.
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| Emigrantes irregulares a bordo del tren de cargas "La Bestia", el cual les lleva por México a EE.UU. |
La mayoría que conforma este flujo de migración masiva se origina en El Salvador, Honduras y Guatemala, conocido como el Triángulo Norte de América Central (NTCA), una de las regiones más violentas del mundo.
La violencia extrema y la pobreza obligan a estas personas a huir de sus países.
A lo largo de la ruta, los solicitantes de asilo y refugiados inmigrantes en México se enfrentan a secuestros, extorsiones, violencia sexual, torturas y ejecuciones por redes criminales, en muchos casos con la complicidad de las autoridades nacionales.
La agresiones políticas migratorias hacen que cada vez más personas queden atrapadas en un entramado burocrático que les obliga a regresar una y otra vez al mismo contexto de violencia y de pobreza del que intentaban huir.
Las muertes de emigrantes siguen siendo altas, a pesar del marcado descenso en los cruces por la frontera entre México y EE.UU.
Según el Organismo de las Naciones Unidas (OIM), en 2017 fueron registrados 412 emigrantes fallecidos, mientras que en 2016 fallecieron 398.
En 2019 murieron 810 personas, convirtiéndose en el año más letal.
Aumentan los secuestros y la violencia extrema hacia los emigrantes en la frontera sur de México.
El aumento de las muertes y desaparecidos resulta especialmente preocupante. Ya que según los datos disponibles:
hay menos inmigrantes que ingresan en EE.UU., pero hay un mayor número de desaparecidos.
En la actualidad, el problema de la emigración en el mundo sigue siendo complicado.
Ante las muertes de tantos inmigrantes, el mundo entero se rasga las vestiduras, pero nadie hace nada para evitarlo.
Aunque la emigración no sea un asunto fácil, podría ser menos cruel si no existieran las mafias.
Sin embargo, lo que parece bastante difícil es poder luchar contra las mafias mientras siga habiendo corrupción en las instituciones.
La población más vulnerable de cada país padece doblemente las consecuencias de dicha corrupción:
a las agresiones, la violencia y la muerte, se suman los delitos sexuales a niños y mujeres, las desapariciones y los asesinatos.
En algunos contextos, la justicia parece no existir: todo tipo de barbarie queda absolutamente impune.
Por lo tanto, se trataría simplemente de tolerar la injusticia, es decir: la violación de los derechos humanos.
