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martes, 16 de marzo de 2021

Rodin

 
Auguste Rodin (1840-1917), "Les Bourgeois de Calais" (1895) 

Este bello conjunto escultórico representa a los seis burgueses que en 1347, al inicio de la Guerra de los Cien Años (1337-1453), se ofrecieron a
dar sus vidas para salvar a los desesperados habitantes de la sitiada ciudad francesa de Calais. Es una de las más famosas esculturas de Rodin.






Auguste Rodin acabó para siempre con las estatuas de visión frontal, con la escultura de visión única.
Su talento residía en el tacto de sus manos: ante todo era un genio modelando sus obras. 
Sus figuras en yeso, en arcilla o terracota eran luego transformadas en moldes para fundir en bronce o esculpir en mármol.


Rodin, "Le Baiser" (1886/89)

Comprender lo que simboliza la escultura, implica conocer el contexto en el que se sitúa la obra:
la dama era Francesca, la esposa de Gianciotto Malatesta, señor de Rímini, y él se llamaba Paolo.
Gianciotto los sorprendió en medio de su pasión prohibida y les apuñaló hasta causarles la muerte.
Francesca y Paolo vivieron a finales del siglo XIII. En la centuria siguiente engrosaron la nómina de
personajes que Dante Alighieri (1265-1321) dispuso en su obra "La Divina Comedia" (1304/1321).
El hecho que les llevó a la desgracia se haría inmensamente famoso cinco siglos después, ya que:
nunca una obra de arte había captado de modo tan sublime este íntimo acto humano. 


Las esculturas de Rodin supusieron nuevos bríos en un arte que, a diferencia de la pintura, poco había evolucionado en los siglos anteriores, sumido en el frío academicismo.
El extraordinario éxito de Auguste Rodin se tradujo en una elevadísima demanda de sus esculturas. 
Por otra parte, sus obras podían tener más de una cara, como su vida, en la que se encadenaron el éxito más extraordinario y la frustración más profunda.
Acostumbrado a décadas de fabuloso estrellato, vivió sus últimos días en la penuria.


Rodin, "La Porte de l´Enfer" (1880/1917) 

En 1880 Rodin recibió su primer encargo público: una puerta de bronce para el
futuro Musée des Arts Décoratifs, cuya decoración debía versar sobre pasajes
de la obra de Dante Alighieri (1265-1321), "La Divina Comedia" (1304/1321):
de hecho una obra muy popular entre la intelectualidad francesa del siglo XIX.
Rodin consagraría gran parte de su vida a aquella obra y la exhibiría en 1900.
Una obra de auténtica complejidad interpretativa: el artista había eliminado de
ella las figuras que pudieran identificarse fácilmente y había insertado escenas
de otras artes, como de la obra del gran poeta Charles Baudelaire (1759-1821)
"Les Fleurs du mal" (poemas desde 1821): dicha puerta ya no era una obra para
  plasmar historias y leyendas, era la humanidad experimentando un horror puro. 



Rodin, "Le Penseur" (1880/82)

Fue modelado entre 1880 y 1882 para presidir La Puerta del Infierno
y en 1888 Rodin lo exhibió por primera vez bajo el nombre de Le Poète.
¿Dante, meditando por encima de su obra, El Infierno, representado en
sus puertas, o sería el propio Rodin meditando sobre sus creaciones?
La audacia en esta pieza fue dotar de corporeidad (por la tensión de los
   músculos) un acto que sin embargo resulta invisible: el hecho de pensar.  


Rodin, "L´Âge d´Airain" (1875/76)
Première statue en bronze à patine brune

Rodin encaró la prueba de fuego que debía afrontar
 todo artista dispuesto a triunfar en Francia: exponer
en el Salón de Paris. Éste representaba una de las
 grandes citas de la vida social parisina y seguía unas
estrictas convenciones: las obras expuestas estaban
seleccionadas con rigor por la Academia, y por tanto
deberían ajustarse a ciertos patrones. Rodin sufrió el
rechazo, el escándalo, pero las reacciones adversas
se vuelven así paradójicamente en su mayor aliado:
sacándolo del anonimato y potenciando la demanda,
el reconocimiento del valor de sus bellas esculturas

Rodin, "L´Ombre" (1880)

En 1881 la Dirección de Bellas Artes encargó a Rodin
unas efigies de gran tamaño de Adán y Eva que debían
  alzarse a ambos lados de la obra La Porte de l´Enfer.
La figura de Adán se convirtió en 1889 en tres figuras 
Las Sombras. La desolación que muestran hacen una
referencia a la inscripción que, según la obra de Dante,
se encontraba esculpida sobre La Puerta del Infierno y
que, por precaución, advertiría a los que entraran con,
literalmente, las siguientes palabras terroríficas:
"Lasciate ogni esperanza, voi ch´entrate"
(Abandonad toda esperanza los que entréis)

Auguste Rodin dejó partes de sus obras sin esculpir y las encomendó a la imaginación del espectador, ensayó poses alejadas del clasicismo, y llevó a cotas insospechadas su realismo. Sus excentricidades, si en realidad lo eran para la época, en vez de marginarle dispararon la demanda de sus bellas esculturas.

Y así fue como se convirtió en el último escultor de la historia en alcanzar una fama estratosférica:

Francia le nombró Primer Oficial de la Legión de Honor.

En Oxford recibió el doctorado honoris causa.
El rey británico Edward VII (1841-1910) le visitó en su domicilio.

La Exposición Universal de París de  1900 le dedicó un pabellón exclusivo, y toda gran ciudad del planeta reclamaba una obra de Rodin para sus museos o sus calles.

Inmortalizó a bailarines como Vaslav Nijinsky (1889-1950) e Isadora Duncan (1877-1927) (la cual no posó quieta para Rodin, sino que bailó para él en un bosque), e incluso fue llamado desde el Vaticano para efectuar un busto de Benedicto XV (1854-1922). 

Según algunos críticos de arte, Rodin debió mucho a los escándalos, que lejos de hundirle, como ocurrió con otros artistas de finales del siglo XIX, le encumbraron a la fama. 
Ya que algunos escultores supieron ver talento donde otros veían trampas o excentricidades.

La obra "L´Âge d´Airain" (o La "Edad del Bronce") presentada en el Salón de Paris en 1877, era una alusión a la derrota francesa frente a Prusia en la guerra de 1870. 
La obra causó sensación entre el público, acostumbrados a las esculturas de frías poses clásicas. 

El hombre que Rodin creó parecía tener vida y, por eso mismo algunos círculos artísticos le acusaron de haber modelado directamente sobre un cuerpo humano, actividad que se considerada deshonrosa, pero que, no obstante, de hecho era practicada en secreto por los talleres de la época.

El escultor se defendió presentando una fotografía del hombre que había servido de modelo. 
Restaurada ya su reputación, el Estado francés compró la polémica y bellísima obra.
El gran acierto de Auguste Rodin consistió, pues, en renovar la escultura el grado justo para que fuera aceptable.

Sus humanos seguirían siendo admirablemente bellos y anatómicamente perfectos.


Rodin, "Ugolin et ses enfants" (1882)

Ugolino della Gherardesca fue un influyente pisano del siglo XIII que pertenecía a la minoritaria facción
 güelfa (propapal), en una ciudad eminentemente gibelina (proimperial). En una conspiración urdida por
Ruggieri degli Ubaldini, arzobispo de Pisa en 1278, Ugolino fue acusado de traición y condenado junto 
sus hijos y nietos, a morir de hambre en una torre, conocida como La Torre del Hambre. Dante incluyó a
Ugolino entre los moradores de su infierno, pues allí había ido a parar -según la leyenda que circuló en
 Pisa- por canibalismo. Dante lo expuso de manera velada: "dos días después de que sus hijos hubieran
fallecido por inanición, el hambre de Ugolino se demostró más poderosa que el dolor".

 "Ugolino y sus hijos" fue concebido por Rodin como la efigie asimétrica a "El Beso", la primera debía aparecer
en la parte izquierda de "La Puerta del Infierno"; la segunda, en la derecha, aunque el escultor finalmente la
 descartó por tratarse de un tema demasiado positivo para el infierno. Ambas esculturas se expusieron al
 mismo tiempo en Bruselas (1887), pero "Ugolino" pasó casi desapercibida ante el increíble éxito de "El Beso".
 Pese a todo, "Ugolino" fue siempre una de las obras favoritas de Rodin. En 1904 se agrandó la escultura y se
 alza hoy una reproducción en bronce sobre un islote en un estanque de los jardines del Museo Rodin, quizá
   como una alusión a que las llaves de la prisión fueron arrojadas al río para que Ugolino jamás saliera de allí.  





Brumas

Lanbroa Volver.. ...y la lluvia en mis ojos y la niebla en mis labios... ...y esas brumas de plata que recue...

Brumas (Lanbroa, 15 de agosto de 2018)

Volver....................y la lluvia en mis ojos y la niebla en mis labios..............y esas brumas de plata que recuerdo y amo...............y esa nostalgia.......................hace tantas lluvias que no volvía............................. Respiro..................y el mar en mi norte y el norte en el viento..............y esos verdes y grises que añoro........que amo...............y esa sensación........................hace tantos mares que no volvía.............................. Llego.....................y las lágrimas en las nubes y el silencio en los tejados...........y esas brumas de musgo que conozco y amo.............y ese dolor.....................hace tantas lágrimas que no volvía.......................... Sonrío....................y la sonrisa en la ventana y la hiedra en los abrazos.........y esas brumas de otoño que adoro........que amo..............y esa alegría..................hace tantas sonrisas que no volvía........................... Hablo.....................y hay silencios que gritan palabras calladas..............y hay voces antiguas en las brumas de nácar..............ese extraño lenguaje que comprendo y amo...............y esa emoción......................... hace tantos silencios que no volvía.............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. ..................... .............. .................. .............. .............. ........... Y recuerdo...............los días pasados..........las caricias perdidas..........las manos de seda..........los besos dormidos..............y esas brumas del tiempo que tanto he amado.....................y esa belleza........................ hace tanto amor que no volvía.....................