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martes, 17 de octubre de 2023

Machado

 




Leandro Oroz (1883-1933), "Antonio Machado y su Musa" (1915)

"Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la memoria
 de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
 como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse"

"Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar"

Antonio Machado (1875-1939), "Campos de Castilla" (Proverbios y Cantares, CXXXVI) 





Biografía

Retrato de los padres de Antonio Machado
 Antonio Machado Álvarez (1846-1893) y Ana Ruiz Hernández (1854-1939)


"He andado muchos caminos,
 he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares
 y he atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
 caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
 borrachos de sombra negra"
 
Y en todas partes he visto
 gente que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
 sus cuatro palmos de tierra.
Son buenas gentes que viven,
 laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos
 descansan bajo la tierra"

A. Machado, "Campos de Castilla", (Proverbios y Cantares,1907/1917) 

Machado es considerado hoy como el mayor poeta de la lírica española contemporánea.

1875: Nacido en Sevilla, el 26 de julio, por razones familiares se estableció con su familia en Madrid, donde realizó sus estudios secundarios, junto a su hermano Manuel (1874-1947) en la Institución Libre de Enseñanza.

Estaba caracterizada por sus ideas progresistas.
A su fundador, Francisco Giner de los Ríos (1839-1915), Machado le dedicó una bella composición.

1898 a 1901: residió en París, trabajando para la Editorial Garnier donde se relacionó con numerosos escritores franceses y de otros países europeos.

En París conoció a Rubén Darío (1867-1916), pero nunca se sintió atraído por el preciosismo modernista.

1907: obtuvo la cátedra de francés en el Instituto de Soria; la estancia en esta ciudad castellana influyó decisivamente en su formación lírica y humana.

1909: el 30 de julio contrajo matrimonio con la joven de 15 años Leonor Izquierdo (1894-1912).

1910: volvió de nuevo a Francia para seguir los cursos de Henri Bergson (1859-1941), filósofo y escritor francés, cuyos cursos ejercerían sobre Machado una profunda influencia.
 
1912: falleció su esposa a los 18 años de edad.
Su muerte dejó en Machado un profundo dolor, lo que le hizo pedir el traslado a Baeza.

Posteriormente se trasladó a Segovia, donde logró alternar la docencia en el Instituto de dicha ciudad con sus viajes a Madrid.

1926: comenzó a escribir obras teatrales en colaboración con su hermano.

1927: ingresó en la Real Academia Española.

1932: ejerció como profesor en Madrid.

Posteriormente se le destinó al Instituto Calderón, en Madrid, y en esta ciudad llevó una vida brillante y jalonada de éxitos, escribiendo incansablemente poesía y tratados poéticos-filosóficos.

La guerra española de 1936-1939 le sorprendió en Madrid y, de acuerdo con su ideario político, se alineó junto a la República, esto es, tomando parte a favor de los republicanos. 

1939: se vio obligado a refugiarse en Colliure (Francia).
Machado moriría allí poco después.


Machado está considerado como el representante lírico de la generación del 98.

Aunque nació en Sevilla, sintió una gran pasión por Castilla, sus gentes y su paisaje, hasta el punto de identificar la sequedad del alma castellana con su propio espíritu austero y sencillo.


El rincón de la Alberca, uno de los patios del Palacio de Dueñas (Sevilla)
(en una de sus viviendas de alquiler nació Antonio Machado)

"Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
 y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla,
 mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
 _ya conocéis mi torpe aliño indumentario_,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
 y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
 pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
 soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
 y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
 y escucho solamente, entre las voces, una.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
 _quien habla sólo espera hablar a Dios un día_
 mi soliloquio es plática con ese buen amigo
 que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; me debéis cuanto he escrito.
 A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
 el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
 y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
 casi desnudo, como los hijos de la mar"

Antonio Machado, "Campos de Castilla" (Retrato, XCVII) 


Poemas

El primer libro "Soledades" (1899-1907) es un conjunto de poemas, impregnado en melancolía, y de presagios en los que, a través de delicados toques de paisaje y de temas humildes, supo expresar la intimidad de su propia alma.

Su libro "Campos de Castilla" (1907-1917), constantemente ampliado, está considerado como su obra maestra; su temática es mucho más filosófica y trascendente y en él está incluido el trágico romance, de inspiración épica "La tierra de Alvargonzález".

Poesías del mismo libro son también:
"A orillas del Duero", "Del pasado efímero" y "Por tierras de España", en los que el autor parece encontrarse consigo mismo.
Completan la obra una serie de poemas dedicados a Andalucía; otros, al paisaje castellano; evocaciones de su esposa muerta, y elogios sinceros a sus amigos y compañeros.

Su último libro de versos fue "Nuevas Canciones" (1924), el cual para algunos críticos es su obra definitiva; aunque, si bien es fundamental para conocer el pensamiento del poeta, no posee ni la grandeza ni la variedad de la obra anterior.
Las cancioncillas populares, las sentencias, refranes glosados y dichos, se revisten de una intencionalidad muy peculiar, poseyendo un claro matiz filosófico.

Aunque no se adhirió a ninguna escuela, Machado está considerado actualmente como el poeta más logrado y perenne de la lírica española contemporánea, siendo su influencia decisiva sobre las generaciones posteriores.
En constante creación, inventó dos personajes, intérpretes de su propio pensamiento, Abel Martín y Juan de Mairena, bajo cuyos nombres escribió las obras:
"El Cancionero Apócrifo de Juan de Mairena (1936) y "Los complementarios de Abel Martín" (1957), en donde expuso con toda claridad su ideología.


Leonor Izquierdo (1894-1912)
El día de su boda con Antonio Machado (30 de julio de 1909)

"Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.

Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!...
Vive, esperanza; ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!"

A. Machado "Campos de Castilla" (CXXII) 04/04/1913 
Generación del 98: conjunto de escritores que, influidos por los acontecimientos históricos ocurridos en España en torno al año 1898, comenzaron su labor literaria a partir de los años cercanos y posteriores inmediatamente a dicha fecha.
Las principales figuras de este grupo fueron:

Miguel de Unamuno (1864-1936);
Jacinto Benavente (1866-1954);
Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936);
Ramón Menéndez Pidal (1869-1968);
Pío Baroja (1872-1956);
Azorín (1873-1967);
Ramiro de Maeztu (1874-1936);
Manuel Machado (1874-1947);
Antonio Machado (1875-1939).

Y como predecesores:
Ángel Ganivet (1865-1898); 
Rubén Darío (1867-1916).

Procedentes de sitios diversos, une a la Generación del 98 el paisaje de Castilla, en lo estético; y la preocupación por lo trascendente, en lo espiritual.

Los rasgos característicos de los escritores del 98 son:
1) proximidad en los años de nacimiento;
2) convivencia personal;
3) gusto por los actos colectivos organizados exclusivamente por y para ellos;
4) rasgos intelectuales muy próximos;
5) respeto a un jefe, que en este caso fue Unamuno;
6) empleo riguroso del idioma;
7) ruptura con la anquilosada generación anterior.
También se puede observar en ellos un profundo amor a España y una exaltación del paisaje castellano.

La Generación del 98 fue un movimiento ideológico y literario español que hizo de una interrogación sobre España el centro de sus preocupaciones.
Ante el "desastre de 1898" (con el que España perdía las últimas colonias de ultramar) y el deplorable ambiente político, social y cultural del país, una angustia envolvía a estos jóvenes intelectuales, deseosos de redescubrir el alma de una España más verdadera y más profunda.

Es a través del paisaje y del sentido de la historia como, revisando los antiguos valores e imponiéndose una especie de duda cartesiana, provocaron el nacimiento de una literatura que no fue otra cosa que un examen de conciencia; se trataba de "actuar", de "poner al descubierto las miserias", "todas las llagas sociales" y encontrar soluciones.

Sin dejar de sentirse arraigados a su tierra, el País Vasco (Unamuno, Baroja, Maeztu); Galicia (Valle-Inclán); el Levante (Azorín); Andalucía (Ganivet, los hermanos Machado), todos ellos vieron, no obstante, en la austeridad y en la sobriedad del paisaje de Castilla el fondo esencial del "alma española" -según dicen- "adusta, mística, inmutable a través de los siglos"

Sobre la historia lanzaron una mirada nueva, esforzándose por descubrir su intimidad y su autenticidad, los grandes valores de la patria y las causas de los problemas de la época.
Su principal deseo era descubrir  el contenido humano, español y eterno de toda obra.
Una vez formada esta nueva idea del "alma y de la vida españolas", habría que preguntarse por el futuro de España.

En un primer momento, la nueva generación creyó que la solución consistía en reconstruir el país, en europeizarlo, reorganizando su economía, su vida social y cultural.
El primer impulso fue mirar más allá de nuestras fronteras.
Después se impuso la idea de que había que tener contactos con Europa, pero sin llegar a una asimilación total.

No se podía olvidar, por otra parte, la gran influencia que sobre la Generación del 98 ejercieron grandes pensadores europeos como Arthur Schopenhauer (1788-1860), Soren Kierkegaard (1813-1855) y Friedrich Nietzsche (1844-1900).

Mas intelectuales que hombres de acción, los escritores del 98 tuvieron el gran mérito de haber recordado a Europa que España existía, y de haber planteado los problemas del país en términos de universalidad.  


Joaquín Sorolla (1863-1923), "Antonio Machado" (1918)

"_No sé que dice tu copla riente
de ensueños lejanos, hermana la fuente"

"...y estoy solo, en el patio silencioso,
buscando una ilusión cándida y vieja;
alguna sombra sobre el blanco muro,
algún recuerdo, en el pretil de piedra
de la fuente dormido, o en el aire,
algún vagar de túnica ligera"

A. Machado, "Soledades" (Recuerdo infantil, V) 

"...así voy yo, borracho melancólico, 
guitarrista lunático, poeta, 
y pobre hombre en sueños, 
siempre buscando a Dios entre la niebla" 

A. Machado, "Soledades" (Galerías, (LXXVII)
Antonio Machado  es uno de los principales representantes de la Generación del 98 que, tras el desastre colonial de Cuba, se esforzaba por recuperar los verdaderos valores de España.

Dotada de una gran variedad temática, su obra poética desarrolló las principales ideas de este movimiento:
mostrando una visión pesimista de la realidad presente en la época, puso toda su esperanza en una España regenerada.

Sin embargo, las alusiones a su vida personal no están ausentes:
la emoción ocupa un lugar esencial en su obra.

Continuando la tradición lírica española, Machado estaba convencido de que la misión del poeta consiste en hacer eterno lo fugitivo.



Analizando su obra:

En "Soledades" (1899-1907):
 multiplica los símbolos, medita sobre los vínculos que unen pasado y presente, vida y muerte.

Yo voy cantando viajero
 a lo largo del sendero...
_la tarde cayendo está_.
"En el corazón tenía
"la espina de una pasión; 
"logré arrancármela un día:
"ya no siento el corazón.
Mi cantar vuelve a plañir:
"Aguda espina dorada,
"quién te pudiera sentir
"en el corazón clavada"

A. Machado, "Soledades" (XI)



En "Campos de Castilla" (1907-1917):
cambia el contexto y se modifica sensiblemente la perspectiva.
Ahora se trata de una dimensión colectiva: a través de la descripción de los paisajes, de los pueblos y de los hombres, reflexiona sobre la injusticia social y manifiesta el deseo de despertar al país de su letargo.

"En la desesperanza y en la melancolía 
de tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva. 
Tierra de alma, toda, hacia la tierra mía, 
por los floridos valles, mi corazón te lleva" 

A. Machado, "Campos de Castilla" (Recuerdos, XV) 1912 


Firma de Antonio Machado (1920)

"¿Quién me presta una escalera
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?"
(Saeta popular)

"¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!

A. Machado, "Campos de Castilla (La Saeta, CXXX) 
"Tan pobre me estoy quedando, 
que ya ni siquiera estoy 
conmigo, ni sé si voy 
conmigo a solas viajando" 

A. Machado, "Campos de Castilla" (Otro viaje, CXXVII)



En "Nuevas Canciones" (1917-1930):
Machado recupera la inspiración de su primer libro, tomando el recuerdo como punto de partida para la meditación sobre el destino del hombre.

"Cuando murió su amada 
pensó en hacerse viejo 
en la mansión cerrada, 
solo, con su memoria y el espejo 
donde ella se miraba un claro día. 
Como el oro en el arca del avaro, 
pensó que guardaría 
todo un ayer en el espejo claro. 
Ya el tiempo para él no correría" 

A. Machado, "Nuevas Canciones" (Los ojos, CLXII)


Leandro Oroz (1883-1933), "Antonio Machado" (1925)

"Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón"

A. Machado, "Campos de Castilla" (Proverbios y cantares, LIV) 








Entre 1924 y 1932, escribe poemas de un mayor contenido intelectual.

Cultivó también el teatro y fue, además, autor de libros que recogen sus reflexiones estéticas o filosóficas.

Más tarde escribió algunos poemas como:
"Canciones a Guiomar" y "Meditación"

Finalmente, a partir de 1936 y resueltamente comprometido en la guerra de España, colaboró con diversos periódicos de carácter político.



Julián Marías decía:

"¿Es Antonio Machado el mejor poeta español de nuestro tiempo?

Antonio Machado es otra cosa: un poeta irrenunciable.

Era un hombre sencillo, modesto, desaliñado, desmañado, que nunca tuvo dinero, ni puestos brillantes, ni demasiada fama:
pero fue un hombre genial.

Alguien que nos dio una nueva manera de mirar la realidad.

Nos dio la interpretación poética de las cosas.

Al leerlo, revivimos con él la desesperanza, la melancolía, el recuerdo, la presencia de esas "tierras tan pobres que tienen alma", los largos ríos, los álamos del amor, la "razón y la locura/ y amargura/ de querer y no poder/ creer, creer y creer", la aguda espina dorada de una pasión, los caminos polvorientos...

Fue un hombre libre, fiel a sí mismo.
Y nos dio su autenticidad"

Julián Marías (1914-2005)



Álvaro Delgado (1922-2016), "Retrato de Antonio Machado"

"Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar"

A. Machado, "Campos de Castilla" (Proverbios y Cantares, XLIV)



Tumba de Antonio Machado y de su madre Ana Ruiz
(en el cementerio de Colliure, Francia)





jueves, 12 de octubre de 2023

el Gótico

 



Rosace Sud de la Cathédrale de Notre Dame de Paris

Con el Gótico se inicia un nuevo período de la historia del arte: la transición de la Edad Media al Renacimiento.
Mientras que el hombre medieval estaba inmerso en un mundo de ideas supeditadas al más allá, el artista del Gótico busca inspiración en una nueva verdad.
En la Baja Edad Media, la espiritualidad sufre una revolución: si antes se buscaba el recogimiento, ahora serán la luz, la elevación y la expresividad de los valores.
Los rosetones ubicados en las fachadas -como ejemplo, el rosetón de la catedral de Notre-Dame- simbolizarían, tal vez, una búsqueda de esa luz y de esa verdad.
Se decoraban como el resto de los ventanales con vidrieras (piezas de vidrio coloreadas al fuego y engarzadas en armazones de plomo) con preciosas tonalidades.
La pintura de vidrieras exigió técnicas especiales: destacan los grandísimos artistas que pintaron los espléndidos rosetones de Notre-Dame de París y de Chartres. 
En Europa -entre los siglos XI y XIII- florecieron las ciudades, se desarrollaron el comercio y la industria, se abrieron nuevos horizontes culturales, y se descubrieron
formas diferentes de entender el arte, como una nueva forma de expresión artística que marcaría toda una época: era el nacimiento de un nuevo arte, el arte Gótico.

Cathédrale de Notre-Dame de Paris (1163-1345)







El Nacimiento del Gótico

El estilo gótico es la denominación atribuida al arquitecto y pintor toscano Giorgio Vasari (1511-1564).
Vasari lo habría llamado así, despectivamente, por considerarlo de estilo bárbaro, "propio de los godos" El Gótico supuso una verdadera revolución en arquitectura.
Tres son sus aportaciones constructivas fundamentales:
el arco apuntado u ojival, la bóveda de crucería y el arbotante.
Con estos elementos, los arquitectos góticos -mediante el empleo de las matemáticas y la técnica- fueron capaces de construir templos, cuyos rasgos principales son su altura y verticalidad.


Basilique de Saint Denis (1130-1144)

Bóveda de crucería: reforzamiento con arcos apuntados de la bóveda de arista
(generada por el cruce de dos bóvedas de cañón). Ya se empleó en el Románico,
pero es en el Gótico donde se desarrolló. Permitía aumentar la altura y, dado que
todo su peso recae sobre los pilares, los muros pierden su función sustentante y
pueden ser ocupados por los ventanales. Así con la adición de varias bóvedas de
crucería en serie lineal, era posible edificar una nave tan larga como se quisiera. 
La Arquitectura Gótica

Fue en la catedral de la ciudad de Sens, al sureste de París, y en el coro del monasterio de Saint Denis donde entre 1130 y 1144 se aplicaron los primeros ensayos de esta nueva arquitectura.

Poco después se comenzaron a construir en ese nuevo estilo las catedrales de Noyon y Laon, y la que iba a ser una de las grandes creaciones de la arquitectura gótica, la catedral de Notre-Dame de París.

Desde allí, la técnica de construcción según el nuevo sistema se extendió por toda Europa: en Inglaterra, la primera catedral gótica fue la de Canterbury (1175), poco después empezaron a construirse catedrales en Alemania e Italia.

A la península ibérica, el Gótico llegó a principios del siglo XIII, siguiendo la ruta cultural y económica del Camino de Santiago, y aunque hubo proyectos y obras anteriores, no se colocó la primera piedra de la catedral de Burgos hasta 1221.

El nuevo estilo se distinguía por el empleo del arco de doble centro u ojival, y la utilización de arbotantes y de bóvedas de crucería.
Gracias a estos nuevos elementos constructivos, los arquitectos góticos fueron capaces de aligerar los muros hasta llegar casi a suprimirlos por completo, en el sentido de que dejaban de actuar como soporte de las bóvedas, que ahora se apoyaban en los pilares y en los contrafuertes a través de los arbotantes.
Este hecho hizo posible que las bóvedas de las catedrales pudieran elevarse hasta alcanzar alturas insospechadas.

Arbotantes de la Catedral de Chartres (vistos desde arriba)

Arbotantes: a causa de su forma arqueada y de su verticalidad, la bóveda de crucería
ojival no sólo ejerce un empuje hacia abajo (que absorben los pilares), sino también
hacia los lados. Para compensarlo se utiliza el arbotante (del francés "arc-boutant").
Es una especie de puente que transmite las presiones desde el arranque de las
bóvedas altas hasta los contrafuertes del exterior.
Al mismo tiempo que se desarrollaba la arquitectura gótica, las ciudades crecían en toda la cristiandad y fueron muchos los concejos urbanos que vieron en la nueva arquitectura una extraordinaria posibilidad para resaltar el orgullo y la autonomía ciudadanos.
Así, la arquitectura gótica se convirtió en el símbolo de la ciudad floreciente de los siglos XII y XIII, y obispos y concejos ciudadanos comenzaron una carrera desenfrenada para conseguir construir la más larga, alta y bella catedral de la cristiandad.

En Notre-Dame de París, las bóvedas se elevaron hasta los 37 metros, hasta 38 en Chartres, a 42 en Amiens y hasta 48 en Beauvais, y todas ellas superaban los 130 metros de longitud y más de 30 metros de anchura.

Entre los siglos XII y XIII, el esfuerzo arquitectónico realizado fue extraordinario: 
sólo en Francia se erigieron ochenta catedrales y quinientos monasterios y abadías en estilo gótico en apenas un siglo, y varios centenares más en el resto de Europa.



Un Mensaje de Luz

En relación a los vitrales hay que destacar, además de la catedral de Notre-Dame de París, la catedral de Chartres y la Sainte-Chapelle.
La construcción de la catedral de Chartres se inició en 1194 y se concluyó en 1220.
Es considerada la catedral gótica de medidas más armónicas:
mide 139 metros de longitud, por 49,50 de anchura en el crucero, y su altura máxima se eleva hasta los 38 metros.
Toda la catedral está abierta a la luz, que penetra en el interior en multitud de tonalidades a través de sus vitrales: posee 175 ventanales, incluyendo los tres grandes rosetones -enormes ventanales circulares- sobre las portadas. 
El color azul intenso de sus vitrales es de una gran belleza. 


Platón (427 a. C.-347 a. C.) fue el filósofo que más influyó en la escuela de Chartres en el siglo XII: contrapuso en sus obras la luz a la sombra.

La obsesión de los intelectuales de la época fue la búsqueda de la luz, su comprensión y su triunfo.
En la arquitectura, la captación de la luminosidad exterior se logró gracias a las soluciones técnicas que se introdujeron en el arte gótico.
Por primera vez, el hombre fue capaz de capturar la luz natural y transformarla.
Así, los rayos del sol que inciden en las vidrieras de colores se convierten en una creación humana.
Las catedrales góticas son monumentos a la luz, construidas en un tiempo en el que los intelectuales perseguían la razón y la inteligencia, la luz del conocimiento en contraposición a las tenebrosas sombras de la ignorancia. 

Los maestros de obras sólo transmitían su saber a sus hijos o a unos pocos elegidos.
Estos arquitectos del Medievo, mayoritariamente laicos, eran personajes que gozaban de gran consideración y obtenían elevados ingresos.
A fin de mantenerse en su posición privilegiada, guardaban sus conocimientos casi en secreto.
La sólida reputación de algunos de ellos hacía que las catedrales de diferentes ciudades se disputaran sus servicios.

El fenómeno de la construcción de las catedrales góticas, que llegó a su apogeo en la Edad Media, no se interrumpiría ni moriría al concluir este período.
En el transcurso de los siglos evolucionaría y adoptaría diferentes estilos, permaneciendo en la historia del arte como un símbolo de lo eterno.


Cathédrale de Chartres (1194-1220)


En relación a la luz, hay que destacar también las bellísimas vidrieras de la Sainte-Chapelle, en París.
En el Gótico, con el espacio libre en los muros, adquieren importancia los ventanales, ahora de arco apuntado, frente al arco de medio punto del Románico. 
Las vidrieras con que se cubrían, de colores brillantes e intensos, difundían en el interior maravillosos efectos y creaban una atmósfera irreal. 
La luz del interior de las naves es de una belleza impresionante.
Siete u ocho siglos después, las catedrales góticas siguen asombrando a quienes las contemplan.


La Sainte-Chapelle (Paris)

La Sainte-Chapelle parisina, construida como relicario donde se custodiaban la Vera Cruz y la corona de espinas de Cristo, es un ejemplo fascinante del uso que los
arquitectos del siglo XIII hicieron de la luz y los vitrales: la verticalidad y la luz constituyen las claves del Gótico, aquello que lo diferencia del Románico anterior.
La conquista de estos dos elementos no fue tarea fácil para los maestros de obra que afrontaron la construcción de las catedrales góticas.
Por otra parte, una obra de semejante envergadura conllevaba un coste económico fabuloso. Para financiar las obras, el obispado y el cabildo recurrían a diversas  fuentes:
por una parte, los diezmos y primicias que la Iglesia recaudaba en la diócesis se ponían al servicio de la construcción de la catedral;
por otra parte, además de estos ingresos solía ser necesario buscar donaciones reales y nobiliarias.
 Así, un rey o un noble concedían con frecuencia privilegios destinados exclusivamente a sufragar los gastos cuantiosos de la construcción de una catedral.   


Los Escultores de las Catedrales

Pórtico de la Gloria (Catedral de Santiago de Compostela)

Sin apenas muros sobre los que pintar coloristas frescos como los que decoraban las iglesias románicas,
los  constructores de las catedrales góticas volcaron sus programas iconográficos en las portadas,
cubiertas de esculturas, y en las vidrieras.
La escultura se utilizaba sobre las puertas como si fuera un texto enciclopédico  que pretendiese dar una
lección moralizante a los fieles. 
Las portadas de la catedrales góticas suponían un nuevo reto para los escultores medievales.
Fueron los que introdujeron en las artes plásticas las nuevas técnicas artísticas, y también la concepción de la realidad y la invención autónoma: la necesidad de hacer algo nuevo fue un acicate para una mayor libertad artística. 
Europa occidental había entrado en una fase de transformaciones e innovaciones.

Lo que hoy en día calificamos como los inicios de la transición al Renacimiento, en ocasiones fue considerado también así por la sociedad de aquella época; pero algunos vieron en este período una grave crisis y un peligro: temor a la destrucción de lo antiguo y, tal vez, a las postrimerías de la Iglesia y del Estado.

Se aprovechaba de la fascinación de los sentidos que producía la escultura policromada, tridimensional, que simulaba la presencia de lo representado.
Ello podría suponer un peligro para la moral de la sociedad de la época, para la Iglesia y para el Estado.
Sin embargo, para los escultores esto significaba el derecho, e incluso la necesidad de representar a las personas y las cosas del modo más fiel, con la mayor expresividad posible. 

Apóstoles del Pórtico de la Gloria (Catedral de Santiago de Compostela)

En las catedrales góticas suelen aparecen los apóstoles como mensajeros de Cristo y fundadores de su Iglesia, y el Juicio Final.
Tampoco suelen faltar escenas de la vida cotidiana, y tallas más o menos realistas de obispos y reyes.
Ellos son quienes contribuyeron a su construcción, reflejo sin duda -según dicen- de la vanidad humana. 
Se sublimó la expresión.
Los artistas aspiraban a una mayor libertad de la forma, incluso a un refinamiento formal.
Se rechazaba la uniformidad de las obras.

Entretanto, el arte nuevo se iba extendiendo a otros países europeos, sobre todo en Italia.
Escultores como Niccolo Pisano (1220-1278), su hijo Giovanni (1245-1314) y su discípulo Arnolfo di Cambio (1254-1302) dotaron de nueva expresividad a la escultura gótica:
la representación de los cuerpos se convirtió en un objetivo del arte.


¿Presuntos Mensajes Esotéricos?

En la construcción de las catedrales góticas algunos han creído ver una profunda carga esotérica.
Templarios, masones, sectas secretas...han sido utilizados para buscar una explicación a algunos elementos que en ellas aparecen.
Los llamados laberintos son los que han provocado mayor especulación:
se trata de una serie de trazos geométricos muy intrincados que se encuentran en el centro del suelo de la nave de algunas catedrales francesas y que se han interpretado como mensajes cifrados, señales esotéricas o claves secretas para descifrar misterios ocultos: ¿Representaban textos alquímicos y mostraban mensajes ocultos a los alquimistas? -se preguntan-.

Sin embargo, otros suponen que los presuntos laberintos no serían tales, pues muchos de ellos trazan una ruta que, tras un complicado recorrido, acaba en el centro.
Probablemente -dicen- representen el camino hacia el conocimiento, hacia la luz y hacia la verdad.


Renacimiento del Arte

El desarrollo de la sociedad cortesana y la aparición de las culturas burguesas en las ciudades fomentan el florecimiento del Gótico, conduciendo a un nuevo refinamiento, a una naciente elegancia en el arte.
El amor por los detalles, los movimientos sinuosos de la líneas, un colorido brillante y una técnica refinada son las características típicas del nuevo estilo que conquistaría rápidamente toda Europa.

Esta época llega a su apogeo en las pinturas murales y en las tablas de Florencia y Siena, en las obras maestras de Giotto di Bondone (1266-1337), Duccio di Buoninsegna (1255-1318), los hermanos Pietro Lorenzetti (1280-1348) y Ambrogio Lorenzetti (1290-1348), Simone Martini (1280-1344), o Fra Angelico (1395-1455).
En Francia y en los Países Bajos, cabe destacar las espléndidas miniaturas de los hermanos Limbourg -Paul, Jean y Herman- (entre 1385 y 1416) y otros iluminadores, la pintura de tabla de Bohemia en la corte de Praga o el estilo tierno de los maestros del norte de Alemania, que culmina en la gracia de Stefan Lochner (1422-1451). 


La Gran Peste (1347-1350)

Todas estas evoluciones fueron interrumpidas por un acontecimiento de dimensiones europeas: 
la Peste Negra, que entre los años 1347 y 1350 arrebató la vida de un tercio de la población.
Este hecho supuso una profunda fisura que dejó huellas profundas en el arte.
Asimismo, produjo grandes mutaciones sociales, que se expresaron en último término en cambios de las situaciones de poder.

El repentino descenso de la población, que no pudo compensarse debido a las epidemias periódicas (habría que esperar al siglo XVIII para que las ciudades volvieran a alcanzar la población que habían tenido antes de 1347), tuvo también consecuencias.
Algunas poblaciones no conseguirían reponerse económicamente nunca más, sucumbiendo a la concentración de poder político, como fue el caso en Siena y Pisa, donde perecieron más de un tercio de sus habitantes.
Uno de los efectos más desastrosos en toda Europa fue la crisis agraria, resultado del descenso de la población.
Como la economía de la vieja Europa era al 90% una economía agraria, la crisis de este sector se convirtió en un factor decisivo para el debilitamiento económico de todos los grupos que vivían de la tierra y de sus productos: la nobleza, los monasterios, los grandes terratenientes y, en general, el clero. 


La Pintura Gótica

En la pintura gótica se produjo la misma evolución que en la escultura, esto es, partiendo de los antecedentes románicos se llegó al realismo que caracterizó el siglo XV.
Durante este proceso las figuras fueron ganando en espontaneidad y relieve, se empezó a representar el paisaje, y el pintor se interesó por el ambiente que rodeaba a las figuras.
Con el tiempo se aprendió a diferenciar los distintos planos, estudiando la perspectiva.
La técnica empleada fue el uso del temple, sustituido en el siglo XV por el uso del óleo.

Dentro de la pintura gótica se suelen distinguir cuatro estilos diferentes:

a) estilo franco-gótico: estilo primitivo francés que imita la pintura de vidrieras, a base de un dibujo lineal muy marcado, de ahí que se le conozca también como estilo gótico lineal.
Una de las obras maestras de la pintura gótica francesa tardía es el "Díptico de Ricardo II" (siglo XIV);
b) estilo italo-gótico: estilo de mayor importancia, con centro en Florencia y Siena, donde destacan Giotto di Bondone (1266-1337) y Simone Martini (1283-1344), figuras máximas de la pintura gótica en Europa;
c) estilo internacional: formado en torno a una serie de ciudades del centro de Europa, con la participación de artistas procedentes de distintos países, y que se difundió por el resto del continente;
d) estilo flamenco: marcó el punto final de la pintura gótica, presentando novedades muy importantes, como la técnica al óleo, el estudio de la perspectiva, el realismo en sus figuras, etc.
Los artistas más destacados fueron Jan van Eyck (1390-1441) y Rogier van der Weyden (1400-1464).



Giotto di Bondone (1266-1337), "La Expulsión de los Demonios de Arezzo" (1296/97)

Al describir la vida de Giotto, Giorgio Vasari (1511-1564), pintor florentino de la escuela de Michelangelo (1475-1564)
y primer historiador del arte italiano, postula que el renacimiento del arte se inicia con Giotto. 
Hacia el final de su vida, Giotto fue nombrado arquitecto de la ciudad de Florencia:
era sólo un título honorífico, pero al parecer se dedicó realmente a esta actividad.
La influencia de este pionero del arte fue tan grande que convirtió a los pintores florentinos de la época en meros imitadores.
        Impresionado por el arte clásico de Roma, por la escultura francesa y la toscana, Giotto elaboraría una nueva concepción del arte
                         -proceso ciertamente inexplicable teniendo en cuenta las condiciones, prejuicios y penurias de la época-
                                                 representando así el nuevo arte medieval, la nueva pintura gótica en Europa.                                                                                        






Brumas

Lanbroa Volver.. ...y la lluvia en mis ojos y la niebla en mis labios... ...y esas brumas de plata que recue...

Brumas (Lanbroa, 15 de agosto de 2018)

Volver....................y la lluvia en mis ojos y la niebla en mis labios..............y esas brumas de plata que recuerdo y amo...............y esa nostalgia.......................hace tantas lluvias que no volvía............................. Respiro..................y el mar en mi norte y el norte en el viento..............y esos verdes y grises que añoro........que amo...............y esa sensación........................hace tantos mares que no volvía.............................. Llego.....................y las lágrimas en las nubes y el silencio en los tejados...........y esas brumas de musgo que conozco y amo.............y ese dolor.....................hace tantas lágrimas que no volvía.......................... Sonrío....................y la sonrisa en la ventana y la hiedra en los abrazos.........y esas brumas de otoño que adoro........que amo..............y esa alegría..................hace tantas sonrisas que no volvía........................... Hablo.....................y hay silencios que gritan palabras calladas..............y hay voces antiguas en las brumas de nácar..............ese extraño lenguaje que comprendo y amo...............y esa emoción......................... hace tantos silencios que no volvía.............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. .............. ..................... .............. .................. .............. .............. ........... Y recuerdo...............los días pasados..........las caricias perdidas..........las manos de seda..........los besos dormidos..............y esas brumas del tiempo que tanto he amado.....................y esa belleza........................ hace tanto amor que no volvía.....................